Es un local con una forma rectangular, siendo sus lados más cortos, los que dan a la calle y a un patio de manzana, en la parte posterior.

Ésta desproporción nos condicionó a la hora de plantear el proyecto porque queríamos evitar un pasillo de lado a lado que partiese el espacio en dos y que marcase una línea desde la puerta; la solución fue generar un quiebro en la mitad de ese eje de circulación. Éste quiebro, lo acentuamos creando “una caja” de madera que traspasamos cuando nos desplazamos por el local.

El pavimento es una cerámica neutra que, junto con las paredes pintadas a todo, hace destacar la simetría que se genera con las puertas situadas a ambos lados del pasillo.