Antes de ejecutar la reforma, el negocio se enfocaba a la venta de muchos productos pero la propiedad quiso dedicarlo exclusivamente a la venta de helados.
El proyecto se centra en ofrecer un espacio para poder consumir in situ el helado de fabricación artesanal que comercializan.
La estética se simplificó, reduciendo el número de colores y materiales. La gama de colores es muy suave, utilizando únicamente dos, con detalles en negro, quisimos salirnos de la estética habitual en estos tipos de negocios. El suelo es un vinilo con estética de madera, se mantuvo el techo con las molduras, pintando éstas para resaltarlas.
También se restauró y recuperó un carro de venta de helados y se colocó dentro del local en homenaje a la historia del negocio.